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2013/06/09

LO QUE TODO NABARRO DEBE SABER (parte 2ª)

LO QUE TODO NABARRO DEBE SABER (parte 2ª)


11. ¿Entonces, no hay, como dicen, siglos y siglos de hermandad política?

Error malintencionado la del enunciado de esta pregunta, lo cual demuestra un alto grado de colonialismo imperial español, ya que ciertamente si existió dicha hermandad política en dos periodos diferentes de nuestra historia, pero continuados a su vez. La primera se da con el Ducado de Vasconia, el cual pese a ser creado por los reyes francos merovingios en el año 601 ó 602 de nuestra era, con la única función de controlar a la totalidad de los vascones, estos se sublevaron al menos en los años 635-638 contra el rey franco Dogoberto. Finalmente perdieron y se rindieron con el duque de Vasconia a la cabeza, que por lo que se ve estaba con los sublevados luchando por la independencia vascona. Las crónicas francas hablan de derrotas francas frente a los vascones, hasta que posteriormente en una colosal batalla, con el franco Chadonio al mando de diez armadas en Clichy, los francos derrotaron a los vascones que firmaron su capitulación.

Pero la paz forzosa no duró mucho tiempo y los vascones unidos reanudaron la lucha por la emancipación tras reponerse de esa derrota, llegando a nombrar a un vascón como nuevo duque. Este fue el príncipe Félix, que paradójicamente se trata del único caso de poder independiente con respecto a los pueblos germanos tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Así pues, los vascones están unidos desde el año 660 y son realmente independientes con sus jefes hasta el año 768. Duque Félix (660-670); duque Lupo I Otsoa (670-710). Tras estos comienza entonces una línea de los que se llamarían a sí mismos como príncipes de Aquitania. Se trató de Eudon el Grande, que incluso se llamó rey a sí mismo (710-734), Hunaldo (734-744) y Waifre (744-768). Es decir, los duques, príncipes y reyes de Vasconia-Aquitania, eran vascones y no francos, con lo que bajo ellos existió ya una primaria unidad política de todos los vascones, que como ya hemos indicado englobarían a todos los Pueblos vascos antiguos bajo esa denominación.

El otro periodo es durante el Reino de Iruñea, siendo el mayor exponente o ejemplo del mismo el reinado del nabarro Alfonso I de Iruñea y Aragoi (1104-1134) que incluso unificó al Estado vascón otras tierras en las cuales no estaban asentados los Pueblos vascos anteriormente mencionados.

Por otro lado, ya tras el cambio de nombre al Reino vascón y Pirenaico al de Nabarra, esta unidad total fue inexistente debido a la intromisión militar y política del Reino de Castilla y León, embrión político del imperial y colonial Reino de España, siempre carente de cualquier legitimidad jurídica y política sobre los nabarros. 

12. ¿Qué ocurrió con Carlomagno el año 778? ¿Lucharon los vascos contra el emperador?

Debemos comenzar por afirmar, algo que igual convinimos hacerlo antes, que el término vascos no existía en esa época, pero sí en cambio existía el término vascón y el término nabarro. La diferencia entre ambos era que a los vascones que no estaban sometidos y que por tanto eran independientes, se les llamaba o nombraba con el término político de nabarros.

Indudablemente lo ocurrido aquel 15 de agosto del año 778, no solo fue un hito para la historia bélica mundial, sino que realmente es un día para recordar y del cual sentirse orgullosos todos los independentistas, estatalistas, soberanistas y legitimistas de este País o sencillamente nabarros.

Aquel día de verano tuvo lugar una batalla crucial para el devenir histórico-político de los vascones independientes, es decir, para los nabarros. Pocos días antes de tan importante batalla, el rey franco Carlomagno había ordenado arrasar la ciudad de los nabarros, Iruñea, tras no poder rendir la plaza musulmana de Zaragoza. Este acto de rabia plasmado en un gran castigo militar contra Iruñea y sus habitantes, fue llevado a cabo como medida de represión por la neutralidad intrínseca y natural de este Pueblo, el nabarro, apasionado de su libertad. Esta inmediata respuesta vascona o mejor dicho nabarra, indudablemente también de carácter militar, supuso la única derrota conocida del ejército más poderoso de Europa en esa época, además de la confirmación de la unidad vascona o nabarra ante una agresión militar extranjera, que tristemente pocas veces se ha vuelto alcanzar de nuevo a lo largo de nuestra historia política.

Paganos, cristianos y musulmanes, todos ellos vascones y/o nabarros, no pusieron en tela de juicio el tener que unirse ante un enemigo conocido, los francos, que solo buscaba su total extermino o en su defecto, su colonización y esclavitud. Los nabarros, muy bien organizados, pues de lo contrario habría sido imposible alcanzar la victoria, se concentraron y congregaron en las proximidades del paso natural de Astobizkar, próximo a Orreaga. Conocedores de la superioridad de la caballería carolingia, los nabarros sacaron un gran partido a su conocimiento del terreno y a su superioridad en el manejo de las armas cortas, más ligeras que las armas que poseían los invasores, disponiendo y coordinando a sus intereses libertarios la batalla, de tal manera, que solo podía saldarse con el triunfo del bando nabarro.

En resumen, los vascones si tuvieron todo que ver en la derrota de Carlomagno e incluso, a los que ya eran independientes se les conocía como nabarros.

13. ¿No tuvieron los vascos la más mínima intervención en la derrota del emperador?

Esta pregunta ya está respondida en la anterior pregunta, pero vamos, el término vasco no se utilizaba en esa época, así que no, bueno según se mire, ya que ese término es una conjunción medieval del término vascón, por lo tanto sí.

14. ¿Cuándo aparecen en los textos antiguos los nabarros?

 La denominación nabarro no corresponde a localización geográfica alguna, sino que es particularmente política. Según diferentes fuentes consultadas empezó a emplearse el término nabarro a partir del año 769 y sirvió para designar a los habitantes de Iruñea y su territorio, (en euskara arcaico nabarra es tanto el gentilicio político para el territorio como para sus habitantes) porque habían logrado mantener su independencia respecto a los invasores carolingios. Así pues, a esos vascones independientes se les denominaba nabarros para distinguirlos de los vascones sometidos y subordinados. Nabarro sería el vascón que mantenía su lengua y cultura vascona viviendo en un territorio independiente.

A partir del siglo XII, según un nabarro doctorado en  materia histórica y jurídica, las denominaciones nabarros para las personas y Nabarra para el conjunto de la territorialidad adquieren el significado de integración nacional.

15. ¿Es cierto que los primeros reyes de Iruñea lograron la unión de todos los vasco(ne)s?

Según se mire. Si consideramos solamente como vasco(ne)s a los habitantes de las comarcas de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, que fueron diferenciados por los romanos como autrigones, várdulos y caristios (algo que utilizada el autor original de este trabajo realizado allá por el año 1977), podemos afirmar sin complejos y con absoluta rotundidad que sí.

Tomando como ejemplo la comarca más occidental, Bizkaia, sabemos que fue una comarca más englobada en el Ducado de Baskonia durante las épocas de Lupo I Otsoa y su hijo Eudon I el Grande, siendo invadida y posteriormente saqueada junto a otras zonas occidentales vasconas, entre las que podemos decir que se encontraba un importante parte de Araba, por las tropas de Alfonso I de Asturias, quien se aprovechó de las luchas que comenzaron a sostener a mediados y finales del siglo VIII los vascones contra los francos que pretendían someter al Pueblo vascón. Unos francos que habían sido antiguos aliados de los vascones por la incursión del ejército musulmán al norte del Pirineo.

La alianza posterior entre el rey de Oviedo, Ordoño I y el segundo rey de los nabarros o vascones independientes, García Iñiguez, conocido por los musulmanes como el emir de los baskunis, no significó momentáneamente un retorno de las comarcas occidentales vasconas al ya Reino de Iruñea. Concretamente en la comarca de Bizkaia son continuas las sublevaciones vasconas contra el poder astur, destacando entre ellas la que da lugar a la batalla de Arrigorriaga  en el año 870 contra el rey de Oviedo, Alfonso III.

Esa comarca de Bizkaia, junto a las demás zonas occidentales vasconas, se liberó definitivamente de la imposición astur-leonesa al formar parte del Reino de los nabarros durante el gobierno de Sancho I Garcés, quien mantuvo una alianza con el rey astur-leonés, Ordoño II, frente al poder militar musulmán de Abd Al-Rahman III.

Es durante el reinado del nombrado por fuentes nuevamente musulmanas como el Señor de los vascones, cuando quedaron legalmente encuadradas esas comarcas occidentales vasco(na)s dentro del Reino de Iruñea. Concretamente es el monarca nabarro Sancho III el Mayor, quien tras casarse con la hija del conde Sancho de Castilla, quien firmaría con éste un tratado fronterizo en el año 1016, delimitando de una vez por todas cuales son las tierras de los nabarros y cuáles son las de los astur-castellanos, quedando la comarcas de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba dentro del Reino nabarro. Para ello fue muy importante el idioma que hablaban los habitantes de esa comarca, el euskara o Lingua Navarrorum.

El primer tratado fronterizo en la vertiente occidental de Nabarra dice así:

"Una concordia y acuerdo acerca de la división del reino entre Pamplona y Castilla, como ordenaron Sancho conde de Castilla y Sancho rey de Pamplona, tal como les pareció. Esto es, desde la suma cima al río Valle Venarie, hasta el Grañe donde está el mojón sito y collado Muño, y desde Biciercas y desde siguiendo hacia el río Razon, donde nace; después por medio del monte de Calcaño, después por la cima de la cuesta y por medio de Galaza, y allí está el mojón, y hasta el río Tera, allí esta Garrahe, antigua ciudad abandonada, y hasta el río Duero. Don Nuño Álvaro de Castilla y el señor Fortún Oggoiz de Pamplona, testigos y confirmantes. Año 1016".

Esta unión también la podemos comprobar al saber que la tenencia de la comarca de Bizkaia recae por orden de el Mayor, en Fortún Galindones, que hasta entonces ostentaba la regencia de Naiara. Posteriormente la tenencia de Bizkaia pasa a manos de Eneko Lúpiz, el cual aparece en algunos documentos nabarros durante el reinado de Sancho III con el título de conde, a pesar de ser un tenente o señor sin jurisdicción ni dominio feudal.

Ante la invasión de la parte occidental del Reino de Iruñea realizada de forma ilegal por las tropas castellanas, y tras la derrota nabarra en Atapuerca en el año 1054, Eneko Lúpiz, tenente de Bizkaia, se mantiene fiel al nuevo rey nabarro, Sancho IV, a pesar de las numerosas promesas lanzadas por el invasor, Fernando I de León y Castilla. Gracias a su lealtad, tras la muerte de Eneko Lúpiz le sucedió en la tenencia su hijo Lope Iñiguez, quien tras el magnicidio del rey Sancho IV en Peñalen  llevado a cabo en el año 1076, se adhirió al monarca castellano Alfonso VI cuando éste ocupó rápidamente las tierras de Errioxa, lo que le valió recibir el título castellano de señor de Vizcaya, título que recayó tras su muerte en su primogénito, Diego López I de Haro.

Diego López I de Haro fue señor  de Vizcaya hasta el año 1124, año en que fue derrotado y posiblemente muerto por las tropas nabarras de Alfonso I de Iruñea y Aragoi. Con ello la comarca de Bizkaia se integró nuevamente en el Estado nabarro. El Batallador puso al frente del señorío a Ladrón Iñiguez, uno de los más poderosos nobles de la Corte nabarra. A su muerte en el año 1155 le sustituyó su hijo Vela Ladrón, quien también fue señor de Araba y Gipuzkoa, gobernando esas tierras vasco(na)s durante los reinados Alfonso I el Batallador, García Ramírez el Restaurador y Sancho VI el Sabio,  aunque ya por ese tiempo, Lope Díaz I de Haro se intitulaba señor de Vizcaya y reclamaba su falsa legitimidad sobre la comarca de Bizkaia, aunque nunca llegó a pisar esa tierra nabarra.

Nuevamente en el año 1173, el ya Reino de Nabarra desde el año 1162 fue atacado por Alfonso VIII de Castilla. Un año después falleció el tenente nabarro de Bizkaia Vela Ladrón, generándose un momento de incertidumbre y debilidad en esa comarca nabarra, lo cual fue aprovechado por el rey castellano, ocupando éste Bizkaia. A continuación el invasor “restituyó” a los Haro al frente del ese señorío, creado por Castilla no lo olvidemos, concretamente en la persona de Diego López II de Haro.

Ya en el año 1176, los Reinos de Nabarra y de Castilla firmaron la paz mediante el Laudo Arbitral de London, arbitrado por Enrique II de Inglaterra, donde se volvían a limitar las fronteras entre ambos Estados,  quedando nuevamente la comarca de Bizkaia dentro del Reino nabarro. El laudo fue de nuevo ratificado en el año 1179 donde se hicieron unas divisiones más detalladas de las fronteras. La margen izquierda del Nervíon y la raya con el río Bayas quedaron en el Reino de Castilla, mientras que las comarcas de Bizkaia, el Duranguesado y Araba casi plena, se encuadraron en el Reino de Nabarra.  Sin embargo había en dicho tratado cierta indefinición, ya que Bizkaia pertenecía a Nabarra pero era gobernada por un vasallo del rey de Castilla. Pero por sorpresa, Diego López II de Haro se pasó al bando nabarro donde permaneció hasta el año 1183, cuando el rey castellano le ofreció recuperar el título castellano de Alférez Real de Castilla, el cual ya le había sido otorgado por Sancho III de Castilla en el año 1158.

Por otro lado, si nos referimos a la unidad territorial global de los primogénitos Pueblos vascos, esta solo se dio durante el Ducado de Vasconia y posteriormente esa unidad total, no se recuperó  hasta el reinado de Alfonso I de Iruñea y Aragoi a principios del siglo XII (1104-1134). Esto coincidió casualmente con el instante en el cual se adquierió el significado político de integración Nacional para los nabarros y para Nabarra, siendo este último término, también político, para el conjunto de la territorialidad de Vasconia.

16. ¿Qué es la segunda batalla de Orreaga?

La conocida como la Segunda Batalla de Orreaga tuvo lugar en el año 824. Fue el rey franco Pipinio, nieto de Carlomagno, quien armó un nuevo ejército al mando de los condes Eblo y Aznar. Este ejército cruzó los Pirineos con la intención de restaurar la supremacía franca allí donde nunca existió, las tierras de los nabarros. Eblo y Aznar entraron en Iruñea sin aparentes dificultades y ejecutaron en la horca a muchos de los habitantes de la ciudad nabarra, para evitar con ello ser atacados por la retaguardia, como ya había ocurrido el 15 de agosto del año 778, día que tuvo lugar la gran derrota de Carlomagno infligida por unos vascones unidos. Tras la ocupación de Iruñea y el genocidio cometido contra la población nabarra, los invasores nombraron nuevos clérigos y gobernantes subyugados a ellos o profrancos, para volver acto seguido a su Reino franco por el mismo camino que lo hiciera en el año 778 Carlomagno. Es decir por Astobiskar y por el paraje de Orreaga.

Los condes Eblo y Aznar fueron atacados y apresados donde anteriormente fuera derrotado el ejército de Carlomagno, en la pronunciada bajada hacia Luzaide antes de llegar a Donibane Garazi. Una derrota inflingida por las familias nabarras de los Ximeno, Garsea y Belasko. Estos últimos hasta ese día habían sido profrancos. Estos nabarros fueron los que les ocasionaron la derrota a los francos y los que en realidad dominaban el territorio vascón. Estos nabarros o vascones independientes eran del sur del Pirineo o del sur Ducado de Vasconia, como queramos decir.

Es de reseñar que en esa batalla destacó primordialmente Eneko Aritza Ximeno, un veterano guerrero de alrededor de cincuenta años según algunas fuentes, y que contó en la batalla con sus hermanastros uterinos de religión musulmana del sur vascón, los Banu Qasi, antiguos terratenientes vascones desde la época romana que se cambiaron de religión y que hacían la primordial labor de tapón con el emir de Córdoba, lo que dio, sin duda, un respiro a los nabarros para centrarse en su enemigo del norte, los francos. El coetáneo Eulogio de Córdoba, llama a Eneko Aritza Christicolae princeps, que significa príncipe cristiano, mientras que en las crónicas árabes se le nombra como Eneko Aresta, Dux vasconum, es decir, Eneko Aritza, duque de los vascones.

Por cierto, Aznar Galíndez había sido el antiguo conde del Aragoi primigenio, estando situado éste en el norte de la jacetania, concretamente en los valles de Hecho y Canfrac, al cual, Eneko Aritza había desposeído de sus tierras poniendo al frente de las mismas a su propio cuñado, Galindo el Malo. Tras la batalla Aznar fue dejado en libertad y enviado de vuelta al Reino franco, mientras que Eblo fue entregado al emir de Córdoba Abderramán II, como símbolo de alianza por los Banu Qasi.

17. ¿Qué hacían entretanto los habitantes de las actuales Provincias Vascongadas?

Esta pregunta ya ha sido respondida en las primeras líneas de la pregunta número 15, aunque bien, podemos afirmar que estaban combatiendo al yugo imperial astur en su vertiente más occidental, mientras que en su vertiente más oriental estaban con el contingente nabarro durante la conocida como segunda batalla de Orreaga.

18. Los nacionalistas vascos dicen que las Provincias Vascongadas estuvieron unidas a Navarra durarte mil años.

Entendemos esta pregunta como la unidad de la C.A.V. con la C.F.N. actuales. Bien, siguiendo esa premisa colonial y colonialista española, debemos afirmar que tras la caída del Imperio Romano de Occidente, hasta la entrada de las tropas musulmanas en la Península Ibérica, y más concretamente hasta que los vascones se aliaron con los francos frenaron así a las hordas musulmanas en Aquitania-Gasconia, ese fue un periodo histórico en el cual sí estuvieron unidas estas demarcaciones. Es decir, desde el año 476 hasta el año 721. Eso son 245 años.
A esto habría que sumarle la unidad política que se mantuvo desde el reinado de García Iñiguez de Iruñea, desde el año 852 hasta el año 1183, coincidiendo con el reinado en Nabarra de Sancho VI el Sabío. Eso nos da una unidad política de 331, a la que habría que descontar, ciertamente, algunos años tras la traición de Lope Iñiguez y otros datos más expuestos en la pregunta número 15.

Pese a todo, en ninguno de los casos podemos afirman que la unidad política fuera de 1000 años, a lo sumo rondaría los V siglos. Por ello esos nacionalistas vascos están exagerando o si lo prefieres mintiendo, bien intencionadamente para sus intereses político o bien sin intención alguna debido a su desconocimiento histórico-político de la verdadera historia del Pueblo vascón y de la Nación nabarra. Aunque si queremos una respuesta irónica, también puede ser debido el engorde de esa cifra, a la típica tendencia a la exageración existente entre la población de Bilbo y alrededores, que finalmente es la cuna real del nacionalismo vasco, bizkaitarra para más señas, de finales del siglo XIX.

 19. ¿A partir de entonces, cuando se separaron?

Esta respondido en las dos preguntas anteriores, pero vamos en el año 1183 se amputó militar e ilegalmente la comarca de Bizkaia al Estado de Nabarra y anteriormente se amputaron la Vieja Castilla de las Merindades, Bureba, Belorado, Aragoi, Gasconia, Errioxa, Aragoi, etc.

20. ¿Y las (otras) Provincias Vascongadas?

¡Ah! Claro. En lo referente a Araba, Gipuzkoa y el Duranguesado, estas comarcas fueron invadidas en la primavera del año 1199. Esos territorios occidentales pertenecían, como ya hemos dicho, al Reino de Nabarra. La ilegal ocupación de dichas áreas nabarras concluyó en enero del año 1200, tras una sangrienta invasión llevada a cabo por el ejército castellano, cuando el rey nabarro Sancho VII el Fuerte, se encontraba en el norte de África buscando ayuda militar contra el Reino de Castilla. Pero ante la amenaza Papal de excomunión y la muerte del califa Yusuf, se frustraron sus planes de alianza nabarro-almohade con la que poder defender esas tierras occidentales del imperialismo castellano.

Posteriormente, concretamente en el año 1204, el propio rey castellano Alfonso VIII ante la amenazadora proximidad de su muerte, realizó un testamento en el que incluyó devolver al rey de Nabarra gran parte de las tierras invadidas y ocupadas. Finalmente y tras sanar de su enfermedad, hizo caso omiso de su juramento al Altísimo.

Más de un siglo más tarde, en el año 1350, Carlos II de Evreux, rey de Nabarra, entró en Gipuzkoa contando con la ayuda del levantamiento de los ganboinos, que todavía continuaban fieles al ideal libertario patente en la soberanía nabarra, siendo el señor de Oñate, Beltrán Belaz de Guevara, el más representativo de los mismos. Las tropas nabarras, con los ganboinos entre sus filas, lograron liberar gran parte de esa comarca nabarra de las garras imperialistas castellanas, aunque realmente fue por poco tiempo.

Posteriormente en enero del año 1367, y teniendo como telón de fondo la guerra civil existente en el Reino de Castilla y León, Carlos II de Nabarra y el príncipe Negro, Eduardo de Gales, lugarteniente de su padre Eduardo III de Inglaterra en la Guyena y Aquitania, aliado natural éste del monarca nabarro contra el Reino de Francia, firmaron una alianza con Pedro I de Castilla y León en Libourne. El apoyo anglo-nabarro en la defensa de los derechos al trono de Pedro I de Castilla y León, tenía como contraprestación la devolución de las comarcas de la Bureba, la Vieja Castilla de las Merindades, Araba, Errioxa, Duranguesado y Gipuzkoa al Reino de Nabarra, mientras que el señorío de Vizcaya limitándose a los puertos de Bilbo, Lekeitio, Bermeo y  Castro, con sus costas intermedias y hasta una legua al interior, fue prometido al inglés Eduardo de Woodstock o de Gales, más conocido como el príncipe Negro.

Pero Pedro I de Castilla y León incumplió gran parte de lo pactado en Libourne, tras asestar junto a tropas nabarras e inglesas una importante derrota a Enrique de Trastámara en las proximidades de Naiara en el año 1367. El mencionado incumplimiento supuso la retirada del apoyo militar de los nabarros e ingleses a Pedro I de Castilla y León, lo que le ocasionó la derrota y finalmente su muerte a manos del propio Enrique, tras haber sido apresado por las tropas del Trastámara.

De nuevo las tropas nabarras tomaron las plazas prometidas por Pedro I de Castilla y León de Araba, Errioxa y Gipuzkoa, en una rápida intervención. Pero en el año 1371, las tropas castellanas recuperaron Kanpezu y obligaron al rey nabarro a aceptar el arbitrio  Papal y el de su enemigo el rey de Francia, aliado de Enrique de Trástámara, los cuales obligaron a entregar al Reino de Castilla y León las plazas conseguidas en esas comarcas naturales del Estado de Nabarra.

CONTINUARÁ...

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